Varanasi es considerada una de las ciudades sagradas de la India. Llegamos a la ciudad con muchos temores; habíamos leído sobre las historias de las cremaciones, el transporte de muertos por la ciudad, los olores tan fuertes, todas estas situaciones vienen descritas en el libro de
Ramiro Calle "
Viaje al Interior de la India". A pesar de estos temores decidimos vivir en primera persona la vida en esta ciudad.
Se puede decir que la visita a esta ciudad fue el inicio de nuestra

aventura en solitario, hasta este momento habiamos estado bajo el "auspicio" de nuestro taxista Ikran Khan de
DriverIndia.com y a partir de ahora ibamos a volar solos. Para no empezar peor, cogimos un tren nocturno desde Tundla (cerca de Agra) a Varanasi, cual fue nuestra sorpresa al ver que nuestros billetes estaban en lista de espera (Waiting List W/L) y que no había posibilidades de conseguir una litera debido a que el tren estaba lleno, descubrimos que durante el
Diwali los indios viajan mucho. La noche no presentaba un buen plan, la idea de estar 12 horas sentados sobre las mochilas no era muy atrayente. Por suerte, un chico de
Bihar nos ofreció su litera por 500 rupias, así que pasamos la noche los tres en una litera, como mínimo fue un mal menor.

Después de toda una noche de viaje, llegamos a Varanasi a las 6:30h, cogimos un taxi y nos fuimos al
Hotel Surya a descansar, este hotel se encuentra en la zona del Cantonment a un kilómetro de la estación de tren. Es una buena alternativa si no te quieres alojar en la zona de los ghats; el hotel dispone de un jardín que es un remanso de paz, además el restaurante Canton es excelente y todo a muy buen precio, la habitación triple nos costó 1100 rupias. Un rickshaw desde el hotel hasta el ghat principal cuesta unas 150 rupias.
Entre otras posibilidades el hotel Surya ofrece tratamientos de belleza, no nos pudimos resistir y nos sometimos a unos masajes ayurvédicos y a una sesión de peluquería que dejó a Juan cual galán de Bollywood.

A unos 10kms de Varanasi se encuentra la ciudad de
Sarnath, cuna del budismo. En esta ciudad el príncipe Sidharta recibió la iluminación y se convirtió en el 28 Buda. Contratamos un guía que nos explicó con todo lujo de detalle la aparición del budismo y algunas de las características principales de esta religión.
De vuelta a Varanasi decidimos adentrarnos en la ciudad, la proximidad del Diwali daba a la ciudad una luz que recordaba a la Navidad en nuestro país, aunque con muchísima más gente por todas partes.

El atractivo principal de la ciudad son los ghats, la cotidianidad y la espiritualidad se entremezclan en estas escaleras que desembocan en el río Ganges. A las 6 de la mañana se puede realizar un paseo en barco que permite vivir la magia de la ciudad desde el río. Los colores, olores y sonidos del despertar de la ciudad impregnan los sentidos y hacen que realmente valga la pena acercarse hasta esta ciudad. La compañía de Raj y la destreza de Kedar fueron clave para tener una travesía muy agradable.
Al atardecer se realiza en el Medh ghat la puja al río Ganges, la ceremonia es seguida por hinduístas y turistas, la atmósfera que se respira es especial.
No todo en la ciudad es tan agradable y espiritual como cabría esperar, el caos continuo, los olores y la suciedad pueden hacer no muy cómoda la estancia en la ciudad; ahora bien, un viaje a la India no son unas vacaciones es una experiencia y como tal hay que tolerar las incomodidades que se presentan.
2 comentarios:
Que bonito todo!!! felicidades por el viaje
Hola Juan y Sonia,
Un saludo desde Benares, os recordamos y esperamos en otra ocasion. Se que Benares puede ser incomoda pues esta perdida en el tiempo, pero ese es precisamente su encanto. El bullicio de India, la espiritualidad tan sincera y devota, si, India es un exceso de todo!!
Records!!
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