Amor a cambio de una Sonrisa

En el mundo existen personas especiales, que son capaces de priorizar la felicidad ajena ante su propia comodidad, personas que desean ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio. Muchas veces ni ellas mismas sabían que eran así, hasta que la Providencia se cruzó en su camino...

Jaume Sanllorente es una de estas personas, cuya estela brilla al hacer el bien entre los más necesitados.
No sabía que su cómoda vida en Barcelona daría un giro radical de 180 grados al visitar la India de vacaciones y sentirse brutalmente golpeado por la miseria y el futuro incierto de unos huérfanos de Bombay.

Jaume lo dejó todo, familia, amigos, trabajo y un futuro prometedor. Sin pensárselo dos veces se mudó a Bombay y salvó de la ruina un orfanato, y con ello consiguió librar de la calle y de la prostitución a una cuarentena de niños intocables, que, de otra forma, hubieran caído en las redes de la mafia.

Hoy, con su ONG Sonrisas de Bombay, sigue trabajando fervientemente en su empeño de salvar a todos los niños que puede de la terrible miseria que la maldad humana les tenía reservado. También está ayudando a los enfermos de lepra a llevar una vida digna y a curar sus heridas, de la piel y del alma.
A pesar de que su propia seguridad peligra, Jaume no tiene miedo, su única arma es su fe en un mundo mejor y la sonrisas de sus niños.

Si queréis descubrir su historia y emocionaros con sus palabras, os recomendamos la lectura de su libro "Sonrisas de Bombay, el viaje que cambió mi destino".

Nosotros no pudimos hacer menos que registrarnos como socios colaboradores de su ONG para poner nuestro granito de arena en su magnífica obra.
Para todos los que hemos viajado a India y hemos visto de primera mano el sufrimiento de un niño indefenso, descubrir que hay personas como Jaume o como Vicente te llena el corazón de alegría y esperanza.

Jaume, estamos seguros de que la Providencia te seguirá ayudando a luchar contra la injusticia y la miseria humana y a devolver la sonrisa a estos seres inocentes.

No hay salvación, y todo está vacío, excepto en la acción por los demás.
-Vicente Ferrer-