15/8/08

Askja, Viaje al Centro de la Tierra



Una visita a Islandia no está completa sin visitar las Tierras Altas. En nuestro caso nos decantamos por la Caldera de Askja. Aprovechando que estábamos cerca de Myvatn cogimos una excursión desde este pueblo. Para transitar los caminos polvorientos que nos llevaron hasta la Caldera formada en el siglo XVIII se necesita un coche habilitado, coches 4x4 o como en nuestro caso autobuses 4x4.

La compañía que utilizamos para realizar la travesía fue Myvatn Tours.
La excursión, de unas doce horas, partió a primera hora de la mañana desde la gasolinera de Myvatn. El inicio es idílico, pasando por ríos glaciares, observando como el camino pasa del verde al polvo, la vida casi desaparece, el paisaje es casi lunar. De fondo la montaña de Herðubreið acompañándonos en cada uno de nuestros pasos, según los islandeses es la montaña más bella del mundo.

Durante el recorrido se realizan paradas que permiten disfrutar el entorno, te sientes como en otro planeta, en este paraje la naturaleza vence, ésta es pura, sin corrupciones humanas que hayan alterado la evolución de esta tierra virgen.
Una de las paradas nos acerca al río glaciar, éste ruge y da forma a un cañón creado por la fuerza descomunal del agua, pura energía desbocada.

Finalmente, nuestro autobús llega a su destino, la caldera de Askja. Un pasillo de dos kilómetros nos lleva hasta el lago Öskjuvatn, ahora sí que nos sentimos en la luna. Este lago junto con las aguas sulfurosas del cráter Vitti forman un paraje sin igual, la vista no alcanza a observar toda la grandeza del paraje. Sencillamente fantástico.

El cráter del volcán Vitti tiene agua caliente procedente de emanaciones del subsuelo. En este lago se permite el baño, ahora bien, hay que hacerlo como un buen vikingo, es decir, sin atuendos que cubran nuestro cuerpo.

También, es posible dejar tu huella en este lugar, en una de los extremos del lago se encuentra un libro de visitas. Nosotros, como no, dejamos nuestra firma.

Para acabar la jornada, la visita a un cañón que se encuentra a los pies de Askja nos llevó hasta una cascada preciosa, otra más de las múltiples que embellecen el paisaje islandés.

En esta parte de la narración nos gustaría destacar lo más original de la excursión, el guía. Gudnaf fue todo un descubrimiento, desde su aspecto hasta sus conocimientos musicales, todo en el fue una gratísima sorpresa. Si lo véis, no dudéis en preguntarle por la historia de la vaca Vukotla.

Esa noche descansamos en Reykjalid, nos alojamos en la casa de huéspedes Heluhraun 13. Para cerrar la sesión en el lago nada mejor que pasar un par de horas a remojo en las piscinas termales de la población (10 euros la entrada). Después del remojo y de dormir muy a gusto en la casa nos preparamos para una nueva jornada de nuestra aventura en la tierra del hielo.

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