Ya en tierras del Sur nos acercamos hasta Hofn. Después de dejar las bolsas en el albergue, decidimos que ibamos a hacer, teníamos toda una tarde por delante y el glaciar Vatnajokull por descubrir.
Decidimos coger una excursión en 4x4 para recorrer el glaciar, parte del glaciar. La excursión la realizamos con Glacier Jeeps. La sensación de moverse sobre un glaciar es indescriptible, ver las fisuras que se producen sobre el hielo y sentir el sol reflejado en la blanca nieve sobre la piel es toda una experiencia altamente recomendable. Esta compañía también ofrece excursiones en moto de nieve, así que si os parece interesante esta opción la gente de Glacier Jeeps os ofrece la posibilidad de cabalgar a lomos de estos ingenios mecánicos sobre el glaciar más grande de Europa. El punto de inicio de estas excursiones se encuentra a unos treinta kilómetros de Hofn sobre la ruta número uno.
Para acabar de aprovechar el día nos acercamos hasta Jokulsarlon. Las fotos que ofrece este lago a los pies del glaciar son muy hermosas. Icebergs flotando, de múltiples formas y tamaños, todo ello amenizado por la presencia simpática de focas. Hay que estar allí y vivirlo. Además, se puede realizar un paseo en barco anfibio por el lago. Este lago se encuentra a unos setenta y cinco kilómetros de Hofn.
Después de pernoctar en el albergue de Hofn nos dirijimos al parque nacional Skaftafell. Por la ruta hacia el parque nos apeamos de la carretera principal para observar las diferentes lenguas glaciares que alimentan al Vatnajokull. Algunas de ellas son espectaculares, paredes de hielo milenarias que saludan a los escasos turistas que se paran a contemplarlas. El lago Fjallsarlon nos recordó muchísimo, como un hermano pequeño, al glaciar Perito Moreno en la Argentina. La entrada para visitar este lago con pared glaciar se encuentra a unos diez kilómetros al sur de Jokulsarlon.
Una vez en el parque Skaftafell realizamos un par de caminatas. Una que en unos cuarenta minutos te acerca hasta una lengua del glaciar, y otra que en una hora te lleva hasta la catarata de Svartifoss. Este parque ofrece múltiples senderos a recorrer, siempre bien atabiado con unas buenas botas de trekking y con un mochila cargada de ganas de sentirse en armonía con la naturaleza.
El parque dispone de area de acampada, en élla pudimos observar como funcionan los campos de trabajo de la organización Seeds. Seeds ofrece la posibilidad de pasar unas vacaciones diferentes, trabajo, naturaleza y compañerismo en una tierra dispuesta a enganchar a sus visitantes.
Otra posibilidad es realizar un trekking por el glaciar, existen varias compañías que ofrecen estos servicios. En el punto de información del parque se ofrece toda la información necesaria para descubrir el glaciar desde sus entrañas.
Siguiendo por la ruta uno se llega a la población de Vik y Mirdal. Esta villa a orillas del mar Atlántico posee una bella playa de arena volcánica. A escasos kilómetros se encuentra la península de Dyhorlaey. Este trozo de tierra que entra hacia el mar sirve de alojamiento a miles de Frailecillos y otra aves que anidan en los recobecos que el pasar del tiempo ha escabardo en esta costa rocosa.
A unos treinta kilómetros al norte de Vik se encuentra la población de Skogar y la espectacular catarata de Skogafoss. Para nosotros, la mejor catarata de Islandia. Sentir el rocío del agua sobre la piel, y sobre la cámara, es fantástico.
Esa noche y después de una jornada maratoniana nos alojamos en Hvolsvollur a unos treinta kilómetros al norte de Skogar. Nuestro anfitrión esa noche fue la granja Gardsauki, dispone de buenas habitaciones, servicio de cocina y ambiente muy tranquilo.
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