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En el comedor de la Fundación una voluntaria nos comentó que Hampi se encontraba a escasas cuatro horas de Anantapur, como Hampi es uno de los destinos de todo viajero indio, pues allí que nos fuimos.
La noche de partida estuvimos hablando hasta bien entrada la madrugada, el rickshaw venía a buscarnos a las 2 de aquella noche de luna llena, y allí delante de la entrada de la Fundación nos encontrábamos los cuatro, Maite, Silvia, Sonia y Juan.
A Maite y a Silvia las conocimos en la Fundación. Cada una de ellas había llegado a India por separado, con una motivación diferente. Habían decidido continuar su viaje hacia Goa con una parada previa en Hampi, como nosotros también nos íbamos a perder unos cuantos días allí decidimos ir los cuatro juntos, fue una gran decisión, sin ellas la estancia en ese lugar tan especial no hubiera sido lo mismo.
Recorrer Anantapur a esas horas de la noche no dejaba de ser impactante, silencio y nadie en las calles sólo perros escuálidos y sarnosos, en actitud beligerante por conseguir algo de alimento entre la basura que inunda las calles, y algún que otro hijo de Dios olvidado por los suyos y por el resto de la sociedad; también, nos topamos con algunos trabajadores que intentan reparar los agujeros que deforman las maltrechas calles.
Otra manera de ver la India, por la noche cuando millones de ojos indios se cierran y dejan que sus almas caigan en las manos de Morfeo. Sólo los más desventurados se atreven a pisar la calle horas antes de que éstas se vuelvan a ver atestadas por miles de cuerpos, que deambulan al ritmo de una India frenética, y por el ensordecedor rugir de camiones, autobuses y coches que forman la banda sonora de la vida diurna de cualquier ciudad del Subcontinente.
Después de cuarenta y cinco minutos de romper el silencio de Anantapur llegamos a la estación de trenes. Algunos viajeros esperaban apoyados en las paredes, otros tumbados sobre el suelo roncaban a pierna suelta, sigo sin entender como pueden dormir en esas posturas como si de un contorsionista se tratara, y nosotros entre emocionados y somnolientos nos sentamos en un banco del andén a la espera de nuestro tren destino Hospet. Hampi no dispone de estación de tren hay que hacer escala previa en Hospet y de allí recorrer otros 15 kilómetros hasta llegar a la ciudad con más magia que hemos visitado en India, tal vez, equiparable a Jaisalmer en Rajasthan.
El tren llegó con retraso, durante la espera los miles de habitantes de la estación tomaron nuestras pieles enrojecidas por el Dios Surya como pista de aterrizaje. Las molestas picaduras nos hicieron notar que era mejor ponerse un poco de Odomos para ahuyentar a los incordiantes mosquitos que se estaban dando un festín a nuestra costa.
El tren arribó con una hora de retraso, éste está formado por decenas de vagones, cómo no, el nuestro se encuentra en la otra punta de la estación. A cargar las mochilas a la espalda y a correr por el andén, vaya pinta que tienen esos cuatro extranjeros corriendo a las cuatro de la mañana por una estación india, deben pensar los compañeros de viaje que ya se encuentran en el tren.
Por fin llegamos a nuestras literas de Sleeper Class, 150 INR, no son muy grandes pero nos permitirán dormir unas cuatro horas hasta la llegada a destino. Juan se encarga de poner el despertador para no pasarnos de estación.
A las ocho de la mañana los indios del compartimento ya se han despertado, unos se desperezan, otros se lavan los dientes delante de la puerta de entrada al vagón, algunos toman un chai. De repente, la gente comienza a coger sus bolsas y una voz de fondo empieza a gritar "Hospet, Hospet". El tren ha recuperado la hora de retraso y llega a la hora esperada a destino, estos indios no dejan de sorprendernos. Juan se percató y dio el aviso al resto del grupo, Sonia aún dormida casi se cae de la litera. Ya hemos llegado, son las ocho de la mañana, cogemos un par de rickshaws y por 10INR nos plantamos en la estación de autobuses para coger el primer autobús que nos lleve a Hampi, 12 INR. No esperamos más de media hora, la estación de Hospet no tiene nada especial, más bien está desangelada, una estación como cualquier otra de las de India.
Finalmente, y después de haber salido de la Fundación a las 2 de la madrugada llegamos a Hampi, son las 9 de la mañana ¿y ahora qué?
3 comentarios:
Buenas parejaaa!!!! Veo que seguiis por esas tierras! me ha encnatado leer entre líneas vuestra aventura hacia Hampi! jajajaja Seguro que fue increible1 Para nuestra próxima visita Hampi será uno de neustros destinos.. ya que todo el mundo habla tan bien de él!
Que tal por la Fundación?? Vistéis a vuestros apadrinados??? Que tal Vicente?? Seguro que como siempre!!
Bexitussssss y a disfrutar del viaje!!!! Yo ahora estoy preparando mis próximos destinos (turquia ahora para semana santa; y Thailandia para verano) Deseando!
mmmmmmmmmmmmmmmmmm envidia, envidia, envidia!!! Chicos me alegro mucho que continueis escribiendo... los que ya hemos vuelto le echamos de menos y necesitamos nuevas informaciones para pasar el mono...Un besazo enorme y no pareis de escribir!!!
ah!! os recomiendo un video que lo podeis encontrar en el youtube, se llama BINTA Y LA GRAN IDEA!! es sobre el áfrica xo la verdad es que me ha impactado y lo he encontrado muy tierno!!
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