25/1/09

Hampi, shanti shanti en Karnataka

¿Por qué titulamos a Hampi como Shanti Shanti?, porque este pueblo invita a eso, paz y tranquilidad, algunos pensarán que esto suena mucho a rollo hippie, pues sí, el lugar da para eso y para mucho más.

Después del viaje desde Anantapur aparecimos en la estación autobuses de Hampi, ésta se encuentra justo al lado de Hampi Bazaar, la calle principal.
Los caza clientes saltaron sobre nosotros nada más poner pie en tierra, éramos los únicos turistas en el autobús y eso se notaba. Después pudimos comprobar como los atentados de Bombay se llevaron consigo a los miles de turistas que pueblan Hampi en Diciembre, era temporada alta y no había casi nadie, cuatro parejas de europeos, algunos grupos de israelitas y poco más.

La primera noche nos hospedamos al lado de Hampi Bazaar. El primer día no hicimos gran cosa, comimos unas Dosas en uno de los múltiples restaurantes que se encuentran a lado y lado del Bazaar y después de recabar opiniones de otros turistas que nos recomendaron pasar al otro lado del río, los cuatro pensamos en cruzar y ver que ambiente se respiraba en la otra orilla. Si Hampi es tranquilo, la riba derecha del río Tungabhadra es shanti shanti, el sosiego de esta zona se apoderó de nosotros y fue entonces cuando decidimos que al día siguiente nos moveríamos a esta parte de Hampi. El único inconveniente de esta zona es el transbordador, por no llamarlo barquichuela, que pasa el río. El horario de atención al público es de 7h a 18h, así que si uno está interesado más en la vida comercial y el movimiento que en la tranquilidad absoluta mejor será que se quede en Hampi Bazaar.

Acabamos la jornada sentados en los ghats que bordean el río, absortos ante la maravillosa puesta de sol que dice adiós y da la bienvenida a una noche estrellada como pocas hemos podido disfrutar.

Amanece un nuevo día y con las pilas cargadas por la energía de Hampi nos dirigimos a nuestro alojamiento al otro lado del río, Sunny Guest House. Por 300INR tenemos una casita rodeada de un jardín y con vista a los campos de arroz, idílico.

Hoy cogemos un rickshaw para recorrer los diferentes templos que se ubican a esta orilla del río, el templo de Hanuman y el templo de Durga entre otros. Transitamos de templos a pueblos entre campos de arroz, bueyes, campesinos, santones y niños que saludan inocentemente.

Nosotros decidimos coger un rickshaw por 600 INR para visitar los diferentes templos, fuimos de punta a punta de esta orilla del río, desde Anegondi al embalse, en total unas cinco horas. También, se puede realizar este recorrido en bicicleta emulando a los de Verano Azul, si lo hacéis así tened en cuenta que el sol ataca de manera implacable.

En la parte principal de Hampi se encuentran las ruinas del imperio Vijayanagar, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Las ruinas pertenecen a la ciudad que fue capital del imperio en el siglo XIV. La extensión y cantidad de lugares que formaban parte de la capital hacen que se pueda invertir fácilmente un día o más en contemplar y aprender sobre la importancia que tuvo Hampi siglos atrás.
Además de las ruinas de la ciudad antigua también se puede visitar el templo de Vittala y el de Virupaksha, éste en pleno Hampi Bazaar.

El ritmo apacible de Hampi invita a tomarse las cosas con calma, a pesar de poder visitar las maravillosas ruinas y templos en un par de jornadas quedarse por aquí haciendo nada es casi obligatorio. Por nada se entiende, pasear, comprar, tomar un chai tranquilamente en una terraza, leer y dejarse llevar. Hampi es un remanso de paz dentro de la caótica, y a veces estresante, India. Buen ejemplo de esa paz se da en el bar EverGreen Cafe situado en la orilla tranquila. Allí pasamos las tardes entre conversaciones, risas y chais, todo ello sin hacer uso de ningún estimulante, eso no va con nosotros; sólo buena compañía y el ambiente adecuado.

Cuatro días en Hampi, parece que el tiempo no pasa pero ya es hora de continuar el camino. Maite y Silvia se fueron hacia la playa de Arambol en Goa y nosotros emprendimos la vuelta a casa. Gracias Silvia y Maite, mucha suerte.

Hampi tiene una atmósfera especial, casi mágica, pero también tiene una cara oscura. Los niños visitan más las calles que las aulas. La necesidad, la pobreza u otros motivos más oscuros, coloca a decenas de niños en las calles como vendedores de todo tipo de productos. Por suerte, hay gente que se preocupa por ellos e intenta aliviar la carga de sus familias y darles una oportunidad, contruirles un futuro de esperanza y no de analfabetismo y pobreza. La ONG Hampi Children's Trust ayuda a estos niños, si pasáis por Hampi no dudéis en visitarla.

* Foto de portada, fuente Wikipedia

3 comentarios:

MªJosé dijo...

Fantásticas fotografias!!! jajaja
Bexitusssss

Bleid dijo...

hola
mi nombre es diego http://bleid-volandovoy.blogspot.com
queria felicitaros por la pagina y por las fotos, especialmente las de la india ya que me han parecido impresionantes
un saludo

Anónimo dijo...

¡Hampi es el paraíso de la tranquilidad!