
Después del viaje desde Anantapur aparecimos en la estación autobuses de Hampi, ésta se encuentra justo al lado de Hampi Bazaar, la calle principal.
Los caza clientes saltaron sobre nosotros nada más poner pie en tierra, éramos los únicos turistas en el autobús y eso se notaba. Después pudimos comprobar como los atentados de Bombay se llevaron consigo a los miles de turistas que pueblan Hampi en Diciembre, era temporada alta y no había casi nadie, cuatro parejas de europeos, algunos grupos de israelitas y poco más.
La primera noche nos hospedamos al lado de Hampi Bazaar. El primer día no hicimos gran cosa, comimos unas Dosas en uno de los múltiples restaurantes que se encuentran a lado y lado del Bazaar y después de recabar opiniones de otros turistas que nos recomendaron pasar al otro lado del río, los cuatro pensamos en cruzar y ver que ambiente se respiraba en la otra orilla. Si Hampi es tranquilo, la riba derecha del río Tungabhadra es shanti shanti, el sosiego de esta zona se apoderó de nosotros y fue entonces cuando decidimos que al día siguiente nos moveríamos a esta parte de Hampi. El único inconveniente de esta zona es el transbordador, por no llamarlo barquichuela, que pasa el río. El horario de atención al público es de 7h a 18h, así que si uno está interesado más en la vida comercial y el movimiento que en la tranquilidad absoluta mejor será que se quede en Hampi Bazaar.
Acabamos la jornada sentados en los ghats que bordean el río, absortos ante la maravillosa puesta de sol que dice adiós y da la bienvenida a una noche estrellada como pocas hemos podido disfrutar.
Hoy cogemos un rickshaw para recorrer los diferentes templos que se ubican a esta orilla del río, el templo de Hanuman y el templo de Durga entre otros. Transitamos de templos a pueblos entre campos de arroz, bueyes, campesinos, santones y niños que saludan inocentemente.
Además de las ruinas de la ciudad antigua también se puede visitar el templo de Vittala y el de Virupaksha, éste en pleno Hampi Bazaar.
El ritmo apacible de Hampi invita a tomarse las cosas con calma, a pesar de poder visitar las maravillosas ruinas y templos en un par de jornadas quedarse por aquí haciendo nada es casi obligatorio. Por nada se entiende, pasear, comprar, tomar un chai tranquilamente en una terraza, leer y dejarse llevar. Hampi es un remanso de paz dentro de la caótica, y a veces estresante, India. Buen ejemplo de esa paz se da en el bar EverGreen Cafe situado en la orilla tranquila. Allí pasamos las tardes entre conversaciones, risas y chais, todo ello sin hacer uso de ningún estimulante, eso no va con nosotros; sólo buena compañía y el ambiente adecuado.
* Foto de portada, fuente Wikipedia
3 comentarios:
Fantásticas fotografias!!! jajaja
Bexitusssss
hola
mi nombre es diego http://bleid-volandovoy.blogspot.com
queria felicitaros por la pagina y por las fotos, especialmente las de la india ya que me han parecido impresionantes
un saludo
¡Hampi es el paraíso de la tranquilidad!
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