3/10/12

El tren del te, de Kandy a Ella pasando por Nuwara Eliya


A eso de las ocho de la mañana y tras un abundante y excelente desayuno en casa de Pipi nos disponemos a emprender otro camino, esta vez destino a Nuwara Eliya. Medio de transporte recomendado, el tren.

El tren sale a las ocho y media y una media hora antes se abre la taquilla. No hemos tenido la suerte de poder reservar en primera clase, esta todo ocupado y la otra opción que sería coger el vagón Expo no está disponible, así que a segunda se ha dicho. Uno puede llegar a pensar que ir en primera o en el vagón de lujo Expo es una cosa elitista, seguramente sí, pero también hay que tener en cuenta que segunda y tercera van muy llenas y con dificultad se puede coger un asiento.

Ahora ya tenemos el billete y puntuales subimos al tren que viene ya lleno desde Colombo. Aviso a navegantes, el tren no se coge en Kandy, se coge en Peradeniya. Bueno, exactamente desde Kandy se coge un tren que enlaza con la estación de Peradeniya.

Llega el tren y ... lleno; es decir, que no nos podemos sentar durante cuatro horas. Hacemos sitio para las mochilas, las tiramos al suelo y a sentarnos encima. Al mal tiempo buena cara, la gente sonríe y además tenemos banda sonora. Un grupo de jovenes, parecen de un grupo escolta, no paran de cantar y de tocar la percusión. Cabe decir que el botellón que llevaban encima también animaba a seguir cantando. 

En un par de horas abandonamos los paisajes de Kandy y nos adentramos en las matas de te, plantaciones de te que forman mantas verdes de extrema belleza. También se dejan ver algunas cataratas, un paisaje que bien vale el viaje en tren. A las doce y media llegamos a Nanu Oya, parada de tren desde donde se llega a Nuwara Eliya. Bajamos del vagón, un pelín molidos por las cuatro horas de ir mal sentados, pero felices por los paisajes que hemos disfrutado.


Justo bajar del tren un chico nos aborda y nos comenta que por 250Rs nos deja en Nuwara Eliya, Juan rápidamente hace cálculos y da su ok. Se llama Gihan y se dedica a organizar tours por la zona, nos recomienda Hill View Guesthouse como alojamiento. Acordamos el precio en el guesthouse, 4000Rs, y ya estamos preparados para pasar la tarde deleitándonos con los paisajes que rodean este pueblo. Las vistas desde Hill View son magníficas, nos gusta Nuwara Eliya.


Para no liarnos buscando quien nos puede llevar a dar un paseo por los campos de te, acordamos con Gihan pasar la tarde con él y con su furgoneta. Nos llevó durante cuatro horas por las plantaciones de te, viendo de cerca cómo recolectan las hojas más tiernas y las mejores, así se hace el mejor te del mundo, según los entendidos.
Desde aquí queremos darle mucho valor e importancia a esas trabajadoras de origen Tamil que en condiciones duras colectan el te y siempre con una sonrisa en su rostro.




Según nos explicaron, son familias que nacen en la plantación, crecen en la plantación y trabajan en la plantación, la rueda de su vida, una vida dura. Para ganar algo más de dinero las familias cultivan y recogen flores en sus pequeños terrenos cedidos por la empresa. Juan en un ataque de romanticismo compró un ramo de flores, muy bonitas por cierto, a su flor.


La tarde sigue en las espectaculares Ramboda Falls y acaba en la Blue Field Tea Garden con una explicación del procesamiento del te y de los tipos de te. Compramos algunos tes para nosotros y para los amigos.



Ha sido una tarde muy provechosa, grandes paisajes y grandes personas. Pasamos las últimas horas de sol en el mercado de prendas de montaña de Nuwara Eliya, al final no compramos nada pero tienen buena pinta las chaquetas North Face y Columbia. Buenas noches.

La mañana amanece fresquita, la verdad es que nos gusta mucho esta zona, el verde lo inunda todo. A las once nos vienen a buscar para dejarnos la estación de Nanu Oya, hoy toca coger el tren con destino a Ella. Esta vez no vamos a ir en 2a, el día anterior compramos un par de asientos en el vagón Expo. Extraño, el tren llega con retraso, ningún problema vamos a disfrutar de la estación, ambiente tranquilo.

Subimos al tren, esta vez vamos muy cómodos, vale la pena invertir 1000Rs en este vagón, sobretodo por la posibilidad de estar en la plataforma exterior con unas vistas ESPECTACULARES!





En el vagón Expo conocimos a Johnny, un chico de Gibraltar. Estaba con su novia dando una vuelta por Sri Lanka. Un chico simpático, nos parece curioso que hable español con acento andaluz e inglés con acento de Cambridge. Hablamos con él sobre la crisis y nos comenta que en Gibraltar parece que la crisis no ha tocado mucho, como para pedirles ahora que sean españoles ¡ja!

El viaje llega a su fin, uno de los viajes más especiales y espectaculares que jamás hayamos disfrutado, uno de los momentos del viaje a Sri Lanka.
Llegamos a Ella y nos vamos a nuestro hotel. Antes por eso nos damos un paseo por la calle principal y reponemos fuerzas. La primera impresión es de un pueblo tranquilo con hoteles y cafés al estilo occidental, tiene un aire a Hampi, siempre salvando las diferencias.

Nos ponemos a caminar siguiendo el mapa que indica dónde está ubicado nuestra guesthouse para  este par de noches, Green Hill View. Nos vemos un poco perdidos y paramos a un tul-tuk para que nos lleve y, o casualidad, es el hermano del dueño de nuestro alojamiento, que suertudos.
En cinco minutos llegamos al Sita's Heaven, un momento, no habíamos dicho el Green Hill. Según nos comenta el chico que lleva el hotel en Green Hill no hay habitación y nos han dado una habitación en Sita's Heaven. Verificamos que no nos están tomando el pelo y tras algunas dudas aceptamos el cambio, nos quedaremos en el apartamento. Las vistas a Ella Gap son espectaculares, vaya cuadro tenemos delante.

La tarde se nos tira encima y antes que caiga el último rayo de sol nos aventuramos a Ella, bueno más bien en busca de la única calle con vida que tiene Ella. En el camino nos perdemos y acabamos en un templo budista que recita las letanías de Budha a través de unos potentes altavoces, está claro que en Asia la religión se vive de manera diferente. Al cabo de un rato de seguir caminando perdidos topamos con un centro de masajes, nos aventuramos a darnos un par de alegrías para el cuerpo. Sonia se da un masaje completo, más o menos bien. Juan se da un masaje en la cabeza, ni bien ni mal, bueno más bien mal, ¿por qué? se pasó más de dos semanas con salpullidos en el cuero capilar y con acné juvenil en la cara, vaya que volvió a los dieciocho.
Para acabar el día nos vamos al Rothi King y nos tomamos un par de rothis picantes, al estilo Tamil que ya habíamos probado en nuestro periplo por Tamil Nadu.

Amanece un nuevo día tras una noche de mil demonios, entre el miedo a que alguien entrara en la habitación que no pudimos cerrar con llave y la tormenta nocturna que nos tuvo casi toda la noche en vela, vaya par de aventureros que estamos hechos. Hoy toca caminar un poco hasta Little Adam's Peak. Paseo muy agradable de un par de horas entre la ida y la vuelta






En el camino encontramos algunas trabajadoras de las plantaciones de te, son gente muy muy humilde. A pesar que nos explicaron que son familias habituadas a trabajar en las plantaciones no dejamos de ver las duras condiciones en las que trabajan y colectan el mejor te del mundo. Cuando nos tomemos una "cuppa" seguro que nos vendrá a la memoria la imagen de las "tea pickers" del Hill Country de Sri Lanka.

Buenas vistas, buena forma y a descansar un ratito, llevamos una semana en el país y no hemos parado. Por la tarde nos acercamos hasta el templo de Dowa en Bandarawella. Un Budha de cuatro metros esculpido en la roca y un templo tranquilo con figuras y budas tumbados.






Nos gustan los templos, respiran paz y este más ya que se encuentra a la vera de un río. El fluir del agua y el viento agitando las banderas de oración crean un entorno idílico. Hoy al ser domingo las familias se acercan al templo, vestidas con sus mejores galas, nos recuerda a nuestros años de infancia cuando los domingos se iba mudado.

Para acabar la tarde Sonia se da un masaje, esta vez muy bueno, en el centro de masajes que se encuentra justo al lado del Dream Café, en la calle principal. Juan se pierde un par de horas en el Nescofee Shop, un bar con un estilo occidental, ¿qué se puede hacer durante dos horas? como pone la Lonely siempre se pueden hacer "fast friends", y en esta ocasión nada mejor que compartir unas cervezas con Rick y Theresa, una pareja australiana de lo más simpático, como casi siempre pasa con los aussies.

Acabamos la noche en el hotel, Sonia leyendo y Juan viendo el partido del mundial T20 entre India e Inglaterra. Vaya paliza le metieron los chicos de MS Dhoni al once de la rosa.
Mañana nos vamos a Tangalle y hemos decidido ir en taxi para no tener que lidiar con los autobuses llenos desde Ella a Welliwaya.

Cerramos los ojos y revisamos mentalmente los paisajes tan bellos que hemos observado en la parte central de Sri Lanka, preciosos cuadros en verde que perdurarán para siempre en nuestra cabeza

1 comentario:

Raúl dijo...

Gracias por la información aportada. ¿Sabes si es posible alquilar moto en Sri Lanka?
Un saludo!